
Llegados a este punto tenemos tantas cosas, tanta ropa, tantos aparatos y tantos objetos (muchos de ellos totalmente prescindibles) que cada vez resulta más difícil hacer la carta a sus majestades los Reyes Magos. Por eso y ante la duda, cuando se trata de mis regalos, yo siempre digo lo mismo: compradme un libro, que para eso voy alimentando mi listado en Google Keep que tengo compartido con la mamá jefa. Preguntadle a ella, que os podrá orientar. Y como sé que a muchos y muchas de los que os pasáis por aquí os pasa lo mismo, que un libro, con su invitación a la lectura y a vivir otras vidas, es un regalo que siempre es bien recibido, hoy os traigo una selección con tres novelas que de una u otra forma abordan la maternidad y que a mí me han gustado profundamente, cada una en su estilo y su género. El orden en el que aparecen en este post no indica mi preferencia por una u otra, sino que simplemente refleja el orden en el que me las he leído (vaya por delante la aclaración). Si estáis buscando lecturas para pedirles en vuestra carta a los Reyes Magos, tomad nota 😉
‘Un amor imposible’, de Christine Angot
La escritora francesa Christine Angot tiene una figura que marcó (para mal) su vida. Y que, además, la marcó para siempre. La de su padre, que mantuvo con ella una relación incestuosa, sodomía incluida. A esa traumática experiencia vuelve puntualmente en su literatura. Quizás como una forma de exorcizar viejos fantasmas. Ya lo hizo en ‘Incesto’ (1999) y ‘Una semana de vacaciones’ (2012). Y lo ha vuelto a hacer con ‘Un amor imposible’, un relato autobiográfico duro, intimista y conmovedor, galardonado con el Prix Décembre 2015.
En esta ocasión Angot relata con un estilo sencillo y cautivador cómo se conocieron sus padres, cómo su madre se quedó embarazada, su padre, de clase acomodada, desapareció de su vida, y cómo éste, un día, en plena adolescencia, retomó el contacto con ella, introduciéndola en un mundo nuevo, culto y cosmopolita (lejos del provincianismo en el que había crecido) del que ella se quedó fascinada, aunque tuviese que pagar un caro peaje para acceder a él.
En ‘Un amor imposible’ la escritora francesa vuelve al tema del incesto, sí, pero en esta ocasión lo hace para explorar la siempre compleja relación entre una madre y una hija. Una relación marcada a fuego en este caso por la existencia de una tercera pieza, la del padre ausente, capaz de hacer tambalear y casi destruir un vínculo que hasta su aparición parecía tener la solidez del hormigón.
Hozuki, la librería de Mitsuko, de Aki Shimazaki
‘Hozuki, la librería de Mitsuko’, de la autora japonesa afincada en Canadá Aki Shimazaki, es elegancia, levedad, sutileza. Un breve relato de apenas 130 páginas, contado de forma aparentemente sencilla, contenida, con frases cortas, que se lee de un tirón, pero que encierra en su interior un gran acercamiento a las relaciones entre madres e hijos, a un amor maternofilial que no entiende de genes; y también a la vida de dos mujeres que cargan a cuestas con un pasado en el que no han faltado los errores y los inevitables golpes de la vida, los secretos, las mentiras y las dobles vidas que de repente una casualidad hace visibles, tal y como Shimazaki nos va desvelando poco a poco, sin prisas.
Una de esas mujeres es Mitsuko, una librera que convive con su madre, su hijo sordomudo, Taro, y su gato Sócrates. Una mujer que cada viernes por la noche trabaja de escort, aunque a su hijo le diga que se va a buscar antiguas joyas de filosofía que incluir en el catálogo de su librería de lance. La segunda mujer es una señora distinguida, casada con un diplomático amante de la filosofía y cuya hija, en una visita a la librería, enseguida entabla amistad con Taro. Su aparición en la tienda, sus ansias de seguir viendo a Mitsuko y a Taro, removerá los cimientos de la aparentemente apacible vida de la librera y nos desvelará el cúmulo de coincidencias que unen los accidentados caminos de ambas mujeres.
La ciudad blanca, de Karolina Ramqvist
Una mujer se observa en el espejo de una lujosa casa en estado de abandono. Mira su cuerpo, los estragos que la maternidad ha causado en él. Esa mujer es Karin. ¿Qué hace ahí? ¿Qué la tiene en ese estado de letargo? Son preguntas a las que la voz neutral del narrador externo de ‘La Ciudad Blanca’ nos va dando respuestas poco a poco, de forma pausada, sobria y sutil, conduciéndonos por el viaje emocional que hace la protagonista de esta breve novela cargada de suspense, un thriller sosegado y frío, como los paisajes helados que pueblan la historia.
A Karin le acompaña en la soledad más absoluta Dream, su apacible y tranquila bebé, un regalo en sus circunstancias personales (“Puede que no tengamos los hijos que nos merecemos, sino los hijos que podremos sobrellevar”). Y las necesidades de sueño y de alimentación de la pequeña comparten plano y protagonismo con el despertar de su madre, con el ánimo de revancha que empieza a tomar forma en su interior y que tiene su climax en un final que se nos desvela poético y contenido, sin grandes necesidades explicativas porque todos sabemos que implican esas llamas sobre el paisaje blanco.
Dudo que haya muchas novelas que se recreen tanto en aspectos de la maternidad como la lactancia o el cuidado de un bebé, que le den tanto protagonismo, que lo retraten con la profundidad con la que lo hace ésta breve joya de la escritora sueca Karolina Ramqvist.