
Crónica sentimental de un parto en casa
Teníamos preparado todo el catálogo de Netflix, discos de música y libros para hacer más llevadera y relajante la espera. Luego todo ello quedó en el olvido porque las cosas nunca suceden como un cree. El parto se adueñó de Diana y ya no hubo series, ni libros, ni discos que valiesen, solo la penumbra de una casa iluminada por un par de velas en la que Mara dormía ajena a todo cuanto ocurría.