Bicicletas

Me acuerdo de historias de mi infancia cuando veo a mis hijos montar en bici. Mara, que desde los cuatro años va sin ruedines y ya se pone de pie sobre los pedales para subir las cuestas, como si alguien le hubiese puesto vídeos de Marco Pantani. Y Leo, que sobre su bici sin pedales busca siempre las rutas más difíciles, como un piloto de cross, y muestra un dominio y un equilibrio que me dejan asombrado.

Palabras

Difífil, en vez de difícil, decía Mara hasta hace apenas unas semanas. No la corregíamos. Todo lo contrario. Nos regodeábamos en ese error de pronunciación que era pura ternura cada vez que salía por su boca. Es una de las últimas palabras que le quedaban por perfeccionar.

Unidades de tiempo

Los padres estamos tan cerca de nuestros hijos, pasamos tantas horas con ellos, que nos resulta sorprendente apreciar su crecimiento constante y silencioso sin necesidad de que la ropa (otra vez corta de mangas y de piernas) o las opiniones de terceros nos pongan en la pista.

La hora del baño

Es un momento chulo el que pasan juntos en la ducha: jugando, interactuando, riéndose de sus trastadas…y también discutiendo y tirándose de los pelos por un cazo que los dos quieren a la vez en cuanto me giro un poco y los pierdo de vista.

Tan dura, tan bonita (la bipaternidad)

Tan dura, tan agotadora por momentos, la experiencia de la bipaternidad. Tan bonita a la vez, tan llena de instantes efímeros, de palabras, sonrisas, gestos y miradas que nos hacen olvidar de un plumazo los trances menos Pinterest.