
Hace un par de fines de semana (o tres, porque cada vez debo tener menos neuronas y más dificultades para recordar aspectos espacio-temporales de mi vida) se aliaron los astros y por fin, a la tercera propuesta que nos hacían, pudimos acudir con unos amigos, parte de nuestra querida tribu, al concierto que Billy Boom Band ofrecía en el distrito madrileño de Tetuán.
Para quienes aún no los conozcáis, Billy Boom Band es un grupo que hace música pop-rock para familias, surgido de lo que otrora fue La sonrisa de Julia. Y digo que hace música para familias por dos razones: la primera es que en su concierto los padres (yo el primero) casi estaban más entregados que los niños, dándolo todo, recitando de memoria sus canciones, saltando con las manos arriba, bailando entre las butacas del auditorio, pidiendo autógrafos y sacando fotos cual fans. Era como estar en un concierto de Vetusta Morla, solo que a las 12 del mediodía y rodeados de niños. Un precioso espectáculo; la segunda, y más importante, es que su música no trata a los niños como idiotas, con esas melodías facilonas propias de los grupos que saltan al estrellato infantil desde la televisión.
(Reflexión interior: A veces me pregunto por qué llevamos generaciones tratando musicalmente a los niños como seres inferiores, creyendo que sus gustos no pueden ir más allá de los Cantajuegos, que no pueden apreciar ‘La chispa adecuada’ de Héroes del Silencio o el ‘Me matas si me necesitas’ de Quique González).
Superhéroe
Durante el concierto, la banda capitaneada por Raúl Delgado y Marcos Cao tocó una canción, dedicada a los padres, que me encantó. Se llamaba ‘Superhéroe’ y me sonaba de haberla escuchado reiteradamente en casa de nuestros amigos (gracias Antonio y Nieves por la recomendación -y por vuestra paciencia-), donde los dos discos de Billy Boom Band suenan en un bucle infinito. Aprovechamos el concierto para hacernos nosotros también con los cd’s (di no a la piratería) y desde entonces los hemos escuchado sin parar. Y hemos podido detenernos más en sus letras, disfrutar de cada una de sus canciones, porque todas merecen la pena. Y comprobar que ‘Superhéroe’ es un precioso homenaje a los padres, a la relación que establecemos con nuestros hijos, a los poderes que ellos, sin saberlo, nos otorgan con sus ganas de vivir, con sus sonrisas inocentes y limpias, devolviéndonos al niño que sigue habitando en nuestro interior, aunque a veces entre las obligaciones, las responsabilidades y el estrés diario, nos olvidemos de su presencia y casi apaguemos su luz. Suerte que están Mara y Leo para volver a prender su llama. Suerte que la paternidad sea en parte eso, volver a ser niño.
En casa, mientras cenamos, siempre suena música de fondo (o en su defecto las voces de Carles Francino o de Àngeles Barceló, dependiendo de si cenamos en horario nórdico o español). Una tarde-noche de la semana pasada recuerdo estar todos en la mesa, escuchando el nuevo disco Billy Boom Band (‘Sueña despierto’), cuando empezaron a sonar los acordes de ‘Superhéroe’. Recuerdo haber parado de comer por un instante para prestar más atención a su letra.
No me hace falta ser un superhéroe
para salvarte del aburrimiento.
No me hace falta ser un superhéroe
para volar como el viento
y que me impulse la suerte.
No me hace falta volar
para escaparme contigo.
No me hace falta una fuerza brutal
para sentirme invencible contigo.
Y, mientras lo hacía, recuerdo haberme emocionado, así, de la nada, mirando a mis hijos, adaptando mentalmente para ellos dos una canción escrita en singular. Porque ‘Superhéroe’ es una emotiva carta de un padre a un hijo. Una carta universal en la que es imposible no verse reflejado como padre. La paternidad, como decía antes, es volver a ser niño. Y también volar y sentirse invencible junto a tus hijos (y gracias a tus hijos) sin necesidad de ser un superhéroe.
Ana Tejeda
Me ha conmovido mucho esta entrada, gracias por compartir la experiencia de ese concierto y la relación con tus hijos
saludos