
Ya no sé cuándo fue la primera vez que hablé con Raquel Díaz Reguera. Tampoco cuál fue el motivo. Seguro que algún reportaje en el que estaba inmerso. Llegados a este punto ese detalle da lo mismo. Lo que importa es que en aquel momento, tras intercambiar unos emails, charlé con ella por teléfono y me conquistó de la misma manera en que ya lo habían hecho algunos de sus álbumes ilustrados. Desde entonces hemos mantenido el contacto periódicamente y hemos estado siempre al tanto de sus novedades, muchas de las cuáles Mara y Leo tienen firmadas en libros que ya son tesoros que guardamos como oro en paño.
Hace poco, intentando poner un poco de calma en la locura frenética del mundo editorial, Raquel creó junto a su hermana Vuelaletra Ediciones, una editorial que pretende “dar una vuelta de tuerca a esto del álbum” y que se ha estrenado reeditando el que fue el primer libro escrito por Raquel, un canto al amor materno titulado Un amor tan grande. Me pareció una ocasión perfecta para entrevistar a esta escritora e ilustradora sevillana, autora de joyas como ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa? o Yo voy conmigo, y de paso para dar el pistoletazo de salida a una sección que llevaba tiempo queriendo abrir en el blog de entrevistas a personas relevantes del mundo de la cultura para niños. No se me ocurre mejor carta de presentación para la sección que Raquel Díaz Reguera.
Acabas de reeditar en un formato más grande tu primer álbum ilustrado, Un amor tan grande, publicado en 2010. ¿Qué se siente al revisitar tu trabajo casi una década después?
Me siento muy afortunada de poder decir diez años después que sigo aquí, que soy cuentista. Un amor tan grande es el primer álbum que escribí e ilustré aunque se publicó después de ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?. Revisar, reinventar y volver a poner en pie un cuento, ayudada por todo lo aprendido en el recorrido que he hecho como autora e ilustradora de tantos álbumes, es un lujo. Una nueva oportunidad de hacer un mejor trabajo aplicando los conocimientos adquiridos en mi trayectoria.
¿Te inspiró tu maternidad este primer título?
Este título lo escribí en verdad antes de escribirlo porque era un juego que compartía con mi hija Violeta. Entonces ella tenía dos añitos y le gustaba mucho reafirmar el amor que yo sentía por ella. Violeta me preguntaba cómo de grande era el amor que le tenía e imaginábamos lugares y objetos cada vez más grandes y en los que sin embargo no cabía tanto amor. Y así hasta descubrir que el único lugar en el que cabe es un lugar aparentemente muy pequeñito.
Un amor tan grande es un homenaje precioso al amor que las madres sentís por vuestros hijos.
La maternidad siempre un punto de inflexión en la vida, un antes y un después. Yo cuando fui madre me sorprendí de que el amor pudiera ser algo tan excesivo, incontenible, indescifrable. En mi caso la maternidad giró mi vida también en lo profesional porque desde entonces me he dedicado a escribir e ilustrar cuentos, álbumes que en la mayoría de los casos surgen como resultado de mi recorrido vital como madre.
El álbum, por cierto, lo reeditas como el primer título de la editorial familiar que has creado junto a tu hermana, Vuelaletra. ¿Por qué has decidido dar el salto desde la creación a la trastienda del mundo editorial?
Eso es tal vez lo más asombroso de todo. Quién me iba a decir que diez años después este álbum iba a ser la semilla de una nueva aventura y además familiar. En este tiempo he aprendido mucho del mundo del álbum y hay algo doloroso en el hecho de que los cuentos, que nacen con tanto entusiasmo, con tanta energía, ganas, trabajo e ilusión puedan tener una vida demasiado corta si en las librerías, con la abrumadora cantidad de novedades maravillosas que las pueblan, no consiguen llegar al público dentro del plazo tan corto que se les impone. Así que, empujada por mi hermana, una máquina de idear posibilidades creativas para darle vida a los álbumes más allá del formato papel imprescindible, nos metimos en el proyecto Vuelaletra Ediciones.
“Cuando fui madre me sorprendí de que el amor pudiera ser algo tan excesivo, incontenible, indescifrable”
Decís en la web, precisamente, que creáis esta editorial, artesanal y muy personal, “para darle una vuelta de tuerca a esto del álbum”. Teniendo en cuenta que, según muchos autores y editores, el álbum ilustrado vive una edad dorada, ¿por dónde consideráis que debe pasar esa vuelta de tuerca?
Innovar es muy difícil. Nuestra intención es disfrutar de los recursos que puede proporcionar un álbum, partir de él y abrir las alas y la imaginación. Jugar, bailar, actuar a su alrededor. En definitiva, sumar posibilidades a la lectura del mismo. En el caso de Un amor tan grande lo compartimos con nuestros hijos y ellos han convertido el cuento en canción y nos acompañan en las presentaciones con la guitarra, el bombo, el shaker y sus voces. Lo siguiente ha sido, gracias a Paco Mir, adaptar el cuento y escribir un libreto para que pueda ser interpretado en las escuelas por los más pequeños. Hay poco material teatral para infantil, así que decidimos darle una vuelta de tuerca al cuento para adaptarlo a los niños y niñas de una clase de cuatro o cinco años para que los maestros y maestras interesados puedan poner en marcha esta actividad.
Estoy de acuerdo contigo es que con este boom del álbum se publican tantos títulos que no da tiempo a saborearlos: ni a los lectores, ni a los libreros, ni a los propios editores.
La prisa porque los títulos vendan es angustiosa para los autores y editores. En el cine pasa lo mismo: ¿cuánto tiempo tienes para “existir” antes de que la película sea retirada de las salas? O en las series y los programas de televisión. Vuelaletra de momento pretende no correr tanto y no morir en el intento.
“He aprendido mucho del mundo del álbum y hay algo doloroso en el hecho de que los cuentos que nacen con tanto entusiasmo puedan tener una vida demasiado corta si en las librerías, con la abrumadora cantidad de novedades maravillosas que las pueblan, no consiguen llegar al público dentro del plazo tan corto que se les impone”
Tú eres una de las autoras de literatura infantil más reconocidas en España, así que imagino que no tendrás problema para colocar tus libros. ¿En qué momento pensaste que te podrías dedicar a este mundo?
Mi primer editor , el mismo día en que nos conocimos en la Feria del Libro de Sevilla y a raíz de que decidiera abrirme las puertas de este mundillo me dijo: “De esto no vive nadie, los escritores e ilustradores de LIJ tienen que complementar este trabajo con otro”. Yo tragué saliva y pensé, bueno, ya veremos.
Porque, ¿se puede vivir de la literatura infantil?
Yo ahora puedo decir que soy una cuentista afortunada. Vivo de mis cuentos, de escribirlos e ilustrarlos. Trabajo mucho, muchísimo, no hay horarios ni festivos. De todas formas reconozco que tampoco sé parar, la creatividad es como un incendio, una vez que se prende la llama a ver quién la apaga.
Para ese poder vivir de la LIJ supuso que fue un gran impulso uno de tus libros más reconocidos, ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa? Libro que, por cierto, ha sido reeditado también recientemente por Thule Ediciones con nuevas ilustraciones y un formato más grande. ¿Por qué crees que este libro ha tenido el impacto que ha tenido?
Mi editor de Thule me anunció recientemente que la princesa volvía a entrar en máquinas. ¡Catorce ediciones! Este cuento lo escribí, al igual que Un amor tan grande, a raíz de mis conversaciones con Violeta. Ella quería ser una princesa rosa y yo le preguntaba “¿por qué?”. Sus respuestas eran las de una niña que convive tranquilamente con su entorno, sin cuestionarse nada sobre la negatividad de los estereotipos femeninos que nos imponen desde antes de nacer. Han pasado diez años y hoy este cuento, el de nunca acabar, sigue tan vigente como por desgracia lo estará dentro de otros tantos si no peleamos con uñas y dientes por nuestras niñas. Sólo un mundo en el que el género no sea un condicionante será un mundo en el que las niñas tengan las mismas oportunidades que los niños. No puedo entender otro punto de partida que ese a la hora de enfrentarse a la vida.
“La creatividad es como un incendio, una vez que se prende la llama a ver quién la apaga”
El cuento ha sido incluso llevado al teatro nada más y nada menos que por Paco Mir. ¿Qué siente una cuando ve sus personajes imaginarios sobre las tablas del escenario?
Ver el teatro lleno de niños y niñas convertidos en consejeros y consejeras reales, empatizando con la protagonista del cuento, una princesa que pone la corte del revés para hacerse oír y hacer llegar a todo el mundo su mensaje es espectacular. Paco escribió la adaptación teatral y dirigió la obra. Seguimos de gira, de la mano de Carlota y sus reivindicaciones que son puro sentido común. Ahora Paco acaba de escribir también la adaptación teatral de Yo voy conmigo, tal vez el más querido de mis títulos. Ahora espero que cobre vida y ver esta historia pronto sobre las tablas.
Dado tu éxito en el mundo de la literatura infantil, no quería dejarte escapar sin hacerte una última pregunta: ¿Qué características diría Raquel Díaz Reguera que tener un buen álbum ilustrado?
En los libros, como en la música, como en el cine, como en las artes en general, puedo decir lo que me gusta y lo que no me gusta. No me pongo normas a mí misma. No alecciono a nadie, ni dejo que me aleccionen. Yo escribo e ilustro partiendo de mis vivencias, no hago álbumes pensando en vender o en convencer a nadie de nada. Y como consumidora tengo la suerte de admirar a muchos autores e ilustradores. Un buen álbum debe gustarme por cualquier cosa, simplemente gustarme. Me mantengo al margen de las modas. Me emocionan muchas cosas y a lo que no me interesa no le dedico demasiado tiempo. Lo único que no le perdono a un álbum, ni a una película, ni a un libro, es un mal final.
“Han pasado diez años desde la publicación de ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa? y hoy este cuento, el de nunca acabar, sigue tan vigente como por desgracia lo estará dentro de otros tantos si no peleamos con uñas y dientes por nuestras niñas”