
No sé si estaré imbuido por el espíritu de Pablo Iglesias cuando todavía quería asaltar el cielo, pero lo cierto es que con el tema de los permisos de maternidad y paternidad me pasa eso: que o no comparto lo que se pide o me sabe a poco, porque considero que en este aspecto los padres y las madres tenemos que asaltar el cielo, levantar nuestra voz y pedir permisos de verdad, permisos que tengan en cuenta a los niños y que nos permitan conciliar (en toda la extensión de la palabra), ejercer como padres sin prisas, disfrutando de los primeros meses de nuestros hijos, de esos meses que pasan demasiado rápido y se van para no volver.
No me gustan los permisos iguales e intransferibles. No me gustan por su imposición. Y no me gustan por esa búsqueda de la igualdad a toda costa cuando si hay algo obvio y evidente es que no somos iguales. Los hombres no vivimos nueve meses de embarazo, no amamantamos, no parimos, no pasamos un posparto. ¿De verdad somos iguales? ¿De verdad podemos pedir lo mismo que se da a la mujer? Dejo esas preguntas en el aire, para que cada cual las mastique y saque sus conclusiones, pero como un día leí en la web de Mammalia, “la igualdad consiste en tratar igual situaciones iguales, y tratar de forma diferente supuestos diferentes”.
Pensar en los niños
Sin embargo, me surge otra duda fundamental respecto a estos permisos. ¿Alguien ha pensado en los niños cuando se ha hecho esta petición? ¿De verdad debe ser la igualdad por encima de todo y a costa de todo? Si nos paramos a pensarlo, los permisos iguales e intransferibles consiguen la supuesta igualdad, pero a la hora de la verdad seguiríamos igual que ahora: con mujeres que tienen que abandonar la lactancia materna antes de los seis meses mínimos que recomienda la OMS; y con niños que a los cuatro meses de vida (¡Cuatro meses!) se quedan sin sus padres, con la guardería o los abuelos (los más afortunados) como únicas alternativas. ¿Qué estamos ganando? ¿De verdad igualar los permisos a 16 semanas es la máxima ambición que tenemos como generación, como sociedad? ¿De verdad nadie piensa que vamos a seguir sin poder conciliar? ¿De verdad que nadie piensa en los niños que con cuatro meses de vida, cuando más necesitan a sus padres, van a tener que pasar sus días en una guardería?
“Los hombres no vivimos nueve meses de embarazo, no amamantamos, no parimos, no pasamos un posparto. ¿De verdad somos iguales? ¿De verdad podemos pedir lo mismo que se da a la mujer?”
Asaltemos el cielo. Y pensemos en los niños. Si hay que cambiar el sistema, cambiémoslo de verdad, pero no nos quedemos a medias, que una vez movida la ficha ya sabemos por experiencia lo mucho que cuesta hacer otro movimiento, lo mucho que se enrocan quienes tienen que decidir, lo complicado que resulta destinar partidas económicas al Estado del Bienestar, pero lo fácil que resulta hacerlo para salvar bancos. ¿Queremos permisos iguales e intransferibles de 16 semanas? No nos quedemos ahí. Pidamos otros ocho meses más. Ocho meses de libre disposición que correspondan al niño, que aseguren que va a pasar el primer año de su vida junto a su padre y su madre. Y luego que cada familia decida cómo se reparte esos meses y cómo se organiza en función de sus necesidades, pero con la tranquilidad de saber que tienen un año entero para dedicarlo a lo que más quieren.
Asaltemos el cielo. Es el mejor regalo que podemos darle a nuestros hijos.
Maria L.G
Yo creo que los permisos de paternidad/maternidad existentes son una miseria. Desde enero os han dado unos pocos dias mas de paternidad vendiendolo como un adelanto y como si fuerais unos privilegiados… pero sigue siendo de risa.
Claro q un niño necesita mucho mas tiempo a sus padres (a los dos) y ya no por el hecho de la lactancia materna, que tambien, si no por la falta de apego con la que se quedan si les dejamos en manos de otros.
¿Yo fui una privilegiada xq pude permitirme no trabajar durante año y medio y poder estar con mi hijo? Privilegiada fui xq le pude disfrutar mas q otras madres quizás, pero privilegiada xq no encontraba un trabajo en el q mi hijo no pasara mas tiempo con otros q con su papi y yo… eso no es un privilegio, es injusto lo mires por donde lo mires.
Queda muchisimo por hacer y por cambiar en este terreno, y no todos los padres piensan como tu y como el resto de papas blogueros… ojala fuera asi, mas apoyos tendriamos.
laura valle molinuevo
Completamente de acuerdo contigo, Adrián. Ya he comentado alguna vez que después de la experiencia de la vuelta al trabajo cuando mi hijo tenía cinco meses (dejándole con los abuelos, vale, y no en guardería) uno de los factores claves para no haberme animado a por un segundo hijo es precisamente éste, la falta de conciliación, y el saber que voy a perderme esos “primeros meses de nuestros hijos, esos meses que pasan demasiado rápido y se van para no volver”. A veces quiero pensar que los que proponen esto de los permisos intransferibles no son padres, porque si lo fuesen y hubiesen ejercido como tales lo verían como lo vemos nosotros. Que no puede ser que un bebé de menos de seis meses tenga que acostumbrarse al biberón sí o sí, y a otros brazos, y seguramente a otra forma de dormir (qué remedio…). Que tú te pierdas sus primeros gateos, sus primeros pasos… Algún día quizá, se den realmente cuenta de lo importante que es. Gracias por el post, Adrián.
Sonia
Estoy totalmente de acuerdo. Qué menos que poder disfrutar sin prisas del primer año de la vida de nuestros hijos! 12 meses fundamentales para su desarrollo que pasan rapidísimo y en los cuales necesitan fundamentalmente la presencia de sus papás!!
Papás casi Primerizos (Lídia)
Cuánta razón!! Y es que encima vivimos en un país de viejos, medidas así no harían otra cosa que impulsar la natalidad, como pasa en los países serios… Es una inversión de futuro, pero no creo que los que hay ahora estén por la labor, ni siquiera quieren dar las 16 semanas al padre… Tenemos que movilizarnos en serio para que nos hagan caso!! Muy buen post, comparto ahora mismo!!
Melanie
Totalmente de acuerdo contigo, suscribo cada una de tus palabras!! Un artículo imprescindible
Maria Jesus García Castejón
Es una cuestión de igualdad muy sencilla, respecto a que si ambos progenitores tienen bajas iguales (e intransferibles) el empleador no debería tener predilección en este aspecto para contratar a un hombre o una mujer. Simplemente. A mi me parece absolutamente necesarias e irrenunciables bajas iguales e intransferibles. Otra cosa muy distinta es que ambas bajas deberían cubrir, COMO MÍNIMO, el primer año del bebé.
Covi y Mina
No puedo estar más de acuerdo, estoy de 19 semanas y pensar que tendre que dejar a mi nenita con cuatro meses me duele en el alma…
Ana
Y que pasa con la igualdad laboral?si los permisos no se hacen intransferibles en la mayoría de los casos seguiremos siendo las mujeres las que dispongamos de dicho permiso,suponiendo esto un hándicap para nuestro futuro o ambición laboral. Yo soy madre,si,pero también me encanta mi trabajo y quiero tener las mismas oportunidades que vosotros
Enrique
Qué te voy a contar yo que ya no sepas, Adrián… Opino exactamente igual que tú y ya lo he dicho más de una vez cuando he escrito sobre mi visión de lo que debe ser la conciliación.
Ahora bien, por hacer de abogado del diablo y ponerle un poco de picante a la discusión, he llegado a aceptar que lo que nosotros proponemos es ahora mismo quizá demasiado idealista. Entiendo que si se implantara un permiso por familia o por bebé, lo más probable es que el peso de la crianza siguiera cayendo mayoritariamente sobre las mamás, con todas las consecuencias que ello conlleva. Y no sólo por la lactancia, el puerperio o la recuperación tras el embarazo, que en el parque por la mañana casi todos los niños tienen ya 2 ó 3 años y la proporción de mujeres / hombres a su cargo está clarísimamente inclinada hacia ellas (y hablamos de madres y abuelas, ojo). Yo creo firmemente en que la madre es la figura de apego ideal de un bebé recién nacido, pero con 3 años ya bien podría igualarse un poco más el reparto y, desgraciadamente, no es así.
Quizá sería interesante alguna solución como la que aplican otros países europeos: un permiso (largo) para cada uno, y un permiso extra adicional para aquellas familias en las que el padre haga uso completo del suyo. Además, creo que es necesario trabajar con las empresas, vigilando y penando severamente los comportamientos contrarios a los derechos de las madres y fomentando de algún modo su contratación o la concesión de reducciones, excedencias… Todo eso sería injusto en una sociedad igualitaria, pero tal y como somos aún hoy en día no veo otra solución.
Pero bueno, volviendo a la idea original, a mí también me da mucha pena que se gaste tanto esfuerzo en que el siguiente paso sea el de los permisos intransferibles. Quién sabe cuántos años tendrán que transcurrir hasta que podamos ver el siguiente avance hacia una solución justa en una sociedad feminista (entendiendo como tal una en la que ambos tengamos los mismos derechos y obligaciones). Egoístamente sé que a nosotros nos habría favorecido un permiso largo para nuestra hija y que, como ya hemos hecho pagándolo con nuestro dinero en forma de excedencias, habríamos repartido de forma igualitaria sus cuidados. Sin embargo, creo que aún son mayoría en la sociedad los que habrían dejado todo en manos de ellas, algo que no tendría por qué ser malo en sí mismo si no fuera por lo denostados que están los cuidados y por lo mal que se portan las empresas con las mujeres que quieren ser madres o que luchan por vivir plenamente su maternidad mientras trabajan.
Qué difícil todo, ¿eh?
Teresa
Yo con este tema estoy dividida, como ya dicen en algunos comentarios. Por una parte, negar la naturaleza de madre, diferente de la de padre, sobre todo los primeros meses, no tiene sentido. Pero por otro lado, el problema es que somos muchas madres que queremos criar a nuestros hijos, pero también queremos trabajar, y tener las mismas oportunidades que los hombres. Y desde el momento en que de media un hombre trabaja 10 horas al día o más, y tiene una baja ridícula, y nosotras sin embargo cogemos bajas más largas, o trabajamos menos horas para cuidar a los niños, la desigualdad está servida.
Así es que pienso que en este sentido, bajas iguales a intransferibles eliminarían muchas desigualdades. Porque si no es así, al final la responsabilidad del cuidado de los hijos seguiría recayendo en la mayoría de los casos en las madres, y seguiremos estando en desigualdad en el mundo laboral. ¿O alguien duda que si la baja fuese un año a repartir entre madre y padre como uno quiera, no acabaríamos cogiendo las madres la mayoría de este tiempo? ¡Yo la primera!
Es un tema muy complicado este de la conciliación, y no veo que las cosas sean blanco o negro. Reducir la cosa a criar o trabajar, como temas excluyentes, es lo más fácil, pero al final somos muchas también las que queremos cuidar a nuestros hijos y desarrollarnos profesionalmente.
David
Soy padre de una niña de 3 meses, y acabo de descubrir tu blog, un oasis en el desierto!
Pero lo que más me ha zumbado la cabeza son algunas de las fotos que acompañan… debemos vivir a escasos metros!