
En primer lugar debería dejar claro que no somos un ejemplo en nada. Y menos aún en preparar a nuestra hija para la llegada de su hermanito, lo que la convertirá de repente en hermana mayor. Sí, le hemos leído a nuestra hija varios libros para preparar la llegada de un hermanito, especialmente el de ‘Todos sois mis favoritos’. Y sí, también le hemos recordado puntualmente que ella seguirá siendo nuestra favorita y hemos intentado explicarle que la vamos a seguir queriendo tanto o más, aunque al principio tengamos menos tiempo (aún) para ella. A pesar de ello, nuestra sensación (imagino que por aquello de que los padres siempre pensamos que podríamos haber hecho más) es la de haber dedicado menos tiempo del que deberíamos al tema, lo que a veces provoca que nos coma la culpa por este embarazo estresante y sin espacio para la reflexión que estamos llevando.
Un mensaje para Mara
Lo que sí estamos haciendo de forma mucho más habitual y cada vez que surge la oportunidad es intentar trasladar a nuestra pequeña saltamontes un mensaje que nos gustaría que calase en ella para facilitarle la digestión del torbellino de emociones que, a buen seguro, le invadirá en unas semanas cuando pase de ser hija única a ser hermana mayor. Y es que a menudo, sin darnos cuenta, tanto los padres como el entorno sometemos a los futuros hermanos mayores a una presión muy grande en referencia a cómo deben comportarse y a qué deben sentir al convertirse en tales: “Tienes que cuidar mucho a tu hermanito, ¿eh?”, “¿Vas a querer mucho a tu hermanito, ¿verdad?”… ¿Os suenan estas frases? Estoy seguro que sí. A Mara, vecinos, amigos y familiares se las han dicho mucho en los últimos meses. Con toda la buena voluntad del mundo, claro, porque son expresiones que están en nuestro imaginario colectivo y que llevamos repitiendo desde hace generaciones. Y se las han dicho tanto que hasta ella las repite alguna que otra vez: “Cuando nazca Leo yo le voy a querer mucho”.
Nosotros, en cada una de esas veces, vemos una oportunidad para trasladar a Mara nuestro mensaje. Así, cuando por ejemplo alguien le dice que tiene que querer mucho a su hermanito, nosotros, aprovechando que a la pequeña saltamontes le suele vencer la timidez, apostillamos que bueno, que sí, que a veces le querrá y eso está muy bien, pero que seguro que otras veces no querrá ni verlo o estará harta de él y eso también es normal. Y sano. Y lo mismo cuando le insisten con lo de cuidarlo. Pues sí, a veces querrá cuidarlo, pero otras veces estará hasta el gorro de su hermano y no querrá tocarlo ni con un palo. Y eso va a ser así, porque somos humanos y hasta a nosotros los adultos nos pasa a menudo, aunque a veces no estemos dispuestos a aceptarlo porque genera mucha culpa. Y la culpa duele.
“A menudo, sin darnos cuenta, tanto los padres como el entorno sometemos a los futuros hermanos mayores a una presión muy grande en referencia a cómo deben comportarse y a qué deben sentir al convertirse en tales”
Lo que pretendemos con este mensaje es precisamente conseguir que nuestra pequeña saltamontes no cargue con ese incómodo y pesado sentimiento de culpa si un día “odia” a su hermano, o no quiere ni verlo o está hasta el gorro porque le ha robado todo el protagonismo. Y para ello consideramos que es importante validar esos sentimientos, decirle a Mara que son tan normales como los otros y que vamos a quererla tanto cuando se coma a besos a Leo como cuando no le dirija la palabra; que le vamos a entender en su vorágine de emociones; que no le vamos a afear su actitud por mostrar unos sentimientos que aunque socialmente, en este mundo de Mr. Wonderful en el que nos hemos instalado, no estén bien vistos, son igual de válidos y de humanos.
*PD: Estoy contestando poco a poco a los más de 100 mensajes pendientes que tengo en el blog desde hace semanas. Siento el retraso, pero no me ha dado la vida. Gracias por seguir comentando pese a ello. Espero en unas semanas haberme puesto al día.
olga
Hola familia!! nosotros estamos en la misma tesitura mas o menos que vosotros, nuestro bebe llegará en Febrero y Marcos tendrá ya casi 3 años
Los abuelos nos regalaron hace 2 semanas este libro, que al enano le gusta leer una y otra vez, os lo cuento por si os apetece echarle un vistazo “lulu tiene un hermanito” https://www.amazon.es/Lul%C3%BA-Tiene-Hermanito-Camilla-Reid/dp/8467585765
le explica muy bien qué pasará cuando llegue “el okupa” a casa…. no se, a mi me parece chuli
Animo, ya no os queda nada para conocer a vuestro nuevo “trocito”
Adrián Cordellat
Me lo recomendaron también por Facebook. Tiene muy buena pinta. ¡Gracias, Olga! ¡Y lo mismo digo!
Papás casi primerizos
Me ha gustado mucho! Ya es hora de que se normalice en los pequeños este tipo de sentimientos y no se les exija siempre más incluso de lo que nos exigimos a nosotros mismos! Que ellos encima son niños, y están empezando a lidiar con sus emociones! Excelente entrada! Mara tiene suerte de teneros!
Adrián Cordellat
¡Muchas gracias por vuestras palabras, compañeros!
Esther
Nuestra hija es de la misma edad que Mara. Nacieron el mismo día. Hace 4 meses llegó su hermanito y todo lo que preparamos no sirvió de mucho así que solo puedo desearos suerte!
Un abrazo
Adrián Cordellat
¡Qué coincidencia lo de las peques, Esther! ¡Gracias por ese envío de suerte, la vamos a necesitar!
Planeando ser padres
Aquí estamos tratando de hacer lo mismo para cuando nazca el nuevo churumbel. Intentar que cuando llega algún regalo a casa que no es para ella lo comprenda y no sienta que ahora la ignoran, que participe en los preparativos para el nacimiento, que hable con la panza y note los movimientos. No sé si al final todo esto valdrá de algo. Igual luego se adoran desde el primer momento y resulta que nos hemos estado preocupando por nada ¡o al revés! Que por más que hagamos por adelantado no logra hacerse a la idea de la que se nos avecina.
Adrián Cordellat
La verdad es que yo creo que sí que ayuda, pero también hace mucho la personalidad de cada niño. Nosotros partimos de la base de que Mara es muy niñera. Y eso ya es un buen primer paso 🙂
Nueve meses y un día después
Nosotros igual, a falta de tres meses y algo. Fíjate que yo procuro ni decirle que tenga cuidado con la barriguita que está el hermanito dentro porque no quiero que piense que YA le aleja de mí. Evito decirle cosas como que tiene que cuidarle o así. Primero porque no es su deber y segundo porque vaya losa, bastante tendrá con aguantarle. Ja,ja,ja.Hoy el padre le ha dicho que nos tiene que ayudar a nosotros, colaborar todos, y tampoco me ha parecido mal. No le queda otra al pobre. También queremos celebrar su cumple por todo lo alto antes de que nazca (su cumple será en teoría 5 días después de mi fecha probable de parto) aunque me da miedo que eso haga que note más la diferencia… Y además de leerle libros y explicarle tengo alguna otra artimañana que a ver si podemos hacer. En fin, la verdad es que da un poco de pena jejeje.
Espero que os vaya muy bien. Seguro que Mara se adapta divinamente, con las cosas lógicas, claro. Yo me pongo en su lugar y flipo.
Adrián Cordellat
Al final se hace muy difícil no “meter la pata”, ¿Verdad? Es inevitable que se escapen algunas frases “equivocadas”, pero lo importante es el mensaje que transmitimos a diario 😉
Lai - Asi piensa una mamá
qué bueno ese mensaje que trasladáis a Mara. Mi hija era muy pequeña cuando nació su hermana pero recibió mucha presión, especialmente cuando se sintió desplazada por la diferencia de carácter de su hermana, que es de las que se lleva miradas. Qué importante es también dejar claro que no todo es perfecto todos los días. y eso también está bien! Un abrazo, y felicidades por tu puesto en el ranking de madresfera!
Adrián Cordellat
Muchas gracias, compañera! La vida está lejos de ser perfecta, desde luego 😉
Vidasdefamilianumerosa
Es un cambio complicado… Nosotros lo explicábamos aquí: https://vidasdefamilianumerosa.wordpress.com/2016/02/22/la-hermana-mayor/
Costó, cuesta y costará, pero si se hacen las cosas con amor, aseguro que acaban saliendo bien. Seguro que es vuestro caso.
Adrián Cordellat
Con amor todo sale bien. Eso siempre 🙂
El Papá Cavernícola (e hijo)
Una buena leccion sin duda. Me lo apunto por si acaso en un futuro…
Adrián Cordellat
Gracias, compañero!
Enrique
Creo que la segunda frase que le he dicho a Mara esta tarde después de verla ha sido que si estaba cuidando mucho a Leo. Madre mía, jajaja. Qué razón tienes. El mundo de la maternidad está tan lleno de expectativas sobre lo que es «lo normal», «lo esperable», que sin darnos cuenta acabamos presionando a todos los protagonistas para que ocupen el lugar que el tópico les tiene reservados. Así es normal que haya mujeres que se sienten incómodamente presionadas para ser madres; madres que se sienten tristemente deprimidas por no querer a su bebé como si fuera lo único que hay para ellas en el mundo; y supongo que sí, también hermanas mayores desconcertadas porque no sienten a cada segundo eso que todo el mundo les dice que deben sentir por su nuevo hermanito. Qué peligro tienen hasta las palabras más inocentes…
Fíjate, escribiendo esto me cuesta encontrar, sin embargo, ejemplos en los que sea el padre el que recibe mensajes de ese tipo. ¿La culpa siempre para ellas y para los más pequeños?
Muy buena reflexión 😉
Adrián Cordellat
Al final esas frases las decimos sin pensar. Las tenemos tan interiorizadas que nos salen solas. Yo tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para contenerme y no soltarlas 😀