
La francesas Jo Witek y Christine Roussey forman un prolífico tándem en el mundo de la literatura infantil. Que se lo digan si no a la editorial Cubilete, poseedora de sus derechos en España (En Francia los tiene el grupo La Martinière), que ha encontrado en estas dos mujeres, escritora e ilustradora respectivamente, un importante filón editorial en nuestro país. Seguro que todos conocéis algunos de sus títulos, porque el formato y las ilustraciones de Roussey son inconfundibles, y porque siempre hay alguno de ellos a la vista en cualquier librería infantil que se tercie. Así es mi corazón, Dentro de nuestra mamá, Mis pequeños miedos, Mis pequeñas alegrías o Mi pequeña habitación conforman la colección. A ella Christine Roussey sumó en solitario un libro que tiene encandilada a Mara y del que pronto espero poder hablaros (el entrañable Mi gato bolita). Y ambas firmas también el libro del que vengo a hablaros hoy: En los brazos de mi papá.
Y es que se acerca irremediablemente el 19 de marzo, Día del Padre, y un libro infantil cargado de ternura, en el que los padres somos los protagonistas, siempre hace ilusión. Que me lo digan a mí, que aún me emociono cuando leo la dedicatoria que la mamá jefa, en nombre de Maramoto, me escribió hace unos años en P de papá (Kalandraka).
En los brazos de mi papá está protagonizado por la misma expresiva y divertida niña que se erige en hilo conductor de todo el trabajo conjunto realizado por Witek y Roussey, que en este caso aparece representada casi como una miniatura en comparación con los brazos y las manos de su padre. Supongo que así, en cierto modo, como representan las ilustraciones de Roussey, nos ven nuestros hijos: gigantes, fuertes, en cierto modo todopoderosos pese a nuestras debilidades, unos superhéroes imperfectos de carne y hueso. Y supongo que también nos miran (todavía, a estas edades) con la admiración que desprenden las palabras que Witek pone en boca de la protagonista para referirse a su padre: “Y si también lloro, los brazos de mi papá son tan fuertes que siempre me consuelan (…) ¡Que mi papá me abrace es tan bonito como el arco iris después de un tormenta!”.
No sé en qué momento se pierde esa idolatría. Supongo que cuando tienen la experiencia suficiente como para vernos las costuras. Pero de momento la relación de nuestros hijos con nosotros, sus padres, tiene mucho de lo que refleja En los brazos de mi papá. Un libro que no rehuye los tópicos (ni parece intentarlo) y que en cierto modo es puro almíbar en vena. Pero de vez en cuando está bien darse un atracón de azúcar (literario, Julio Basulto) y pensar que para tus hija, para tus hijos, eres el gigante invencible, paciente y tierno que la protagonista de la historia ve en su padre. Y el 19 de marzo es un día perfecto, por su valor simbólico, para ese atracón. Para que vuestros hijos digan a sus padres En los brazos de mi papá…¡me siento genial!
¡Sorteamos dos ejemplares de En los brazos de mi papá!
¿Queréis ganar un ejemplar de En los brazos de mi papá para regalar el Día del Padre? Pues estáis de suerte, porque gracias a editorial Cubilete… ¡voy a sortear dos! En esta ocasión para participar tendréis que hacerlo a través de Instagram. Basta con que pinchéis sobre la imagen que pongo aquí abajo y una vez dentro de Instagram sigáis las instrucciones. Tenéis hasta el día 6 de marzo para participar y un día después, entre todos los participantes, sortearé los dos ejemplares desde la plataforma Sortea2.com.
Y si la suerte no os acompaña en el sorteo, siempre podéis comprarlo. En los brazos de mi papá es un regalo muy tierno. Éxito asegurado.
miren | deLunaresyLunas
¡¡qué bonito!! gracias por descubrirlo y por el sorteo 🙂