
Querido Leo:
Tu hermana ya tiene una importante colección de cartas para el futuro en este blog, pero a ti aún no te había escrito ninguna. El viernes cumples cuatro meses, y creo que ya ha llegado el momento de escribirte la primera. Han pasado ya cuatro meses desde aquel parto en casa tan duro como precioso. Cuatro meses desde aquel primer llanto desconsolado y lleno de vida con el que nos diste la bienvenida en los dos metros cuadrados del cuarto baño en el que llegaste al mundo. Desde entonces el llanto apenas se ha repetido, porque tú eres un coleccionista de sonrisas. Un tipo feliz. Nos habíamos acostumbrado a tu hermana, una niña de sonrisa magnética pero fugaz, a la que siempre nos ha costado una vida hacerle sonreír. Ella nos miraba con cara de póquer cuando lo intentábamos y solo en contadas ocasiones dábamos con la tecla. Y qué maravillosa sensación era esa, Leo, aunque la combinación de teclas cambiase a cada segundo y lo que nos había funcionado con ella en un determinado momento dejase de hacerlo un minuto más tarde. Y tocaba volver a empezar.
Contigo es diferente porque tú eres diferente. Ni mejor ni peor, solo diferente. Empezaste a sonreír desde casi recién nacido. Al principio dormido o como reacción a unos estímulos que solo experimentabas tú. Qué gusto daba verte sonreír así, por esos motivos, los que fuesen, que escapaban a nuestro entendimiento. Ahora lo haces ya reaccionando a nuestras palabras, respondiendo a nuestras muecas, interaccionando con nosotros. Basta que nos dirijamos a ti para que nos regales una sonrisa tras otra, con esa boca permanentemente abierta y esa mirada limpia y llena de luz que como dice mamá es amor y admiración en su estado más puro.
Me fascina que nunca pierdas esa sonrisa. Ni siquiera cuando tu hermana te despierta por la mañana o mientras duermes una siesta. Mara no puede verte dormido, necesita tenerte con los ojos abiertos a todas horas. Y se sube encima tuya, te grita a un centímetro de la cara, te menea la cabeza, te da golpes que son intentos de caricias. Y sin embargo, tú siempre le devuelves una sonrisa. Y una mirada de admiración. Una de las cosas que más me han impresionado en estos cuatro meses es el vínculo que ha surgido y crecido entre vosotros. En tus ojos puede verse lo mucho que quieres a tu hermana, aunque ese concepto, querer, quizás sea demasiado complejo para ti todavía. Y en cada gesto y cada palabra de Mara puede verse lo mismo.
¿Sabes? Hace unos días mamá, papá y tu hermana estábamos limpiando la casa, en uno de esos sábados de trabajo en equipo y “patrulla limpieza”. De repente perdimos de vista a Mara y dejamos de escucharla. Eso no suele ser buena señal con ella, para qué nos vamos a engañar (las paredes pintadas de casa dan buena fe de ello). Entonces fui a buscarla sigilosamente, temiendo encontrármela en su versión graffitera. Pero no, me la encontré a tu lado, que estabas sentado en la hamaca, besándote en la cabeza y acariciándote el pelo con delicadeza. Saqué entonces la cámara y desde el pasillo, sin que ninguno de los dos reparaseis en mi presencia, os hice una foto que no tiene mucha calidad, pero que me parece muy simbólica del amor que te profesa. Que os profesáis. No me extraña que sonrías.
No han sido fáciles estos cuatro meses desde tu llegada. Hemos tenido altibajos y crisis varias, porque integrar a un nuevo miembro en las rutinas, por más cuidado que pongas y por más bien que intentes hacerlo, siempre resulta complejo, sobre todo cuando en esas rutinas hay otra niña que necesita tantos cuidados, tantos mimos y tanto tiempo como tú. Incluso más. En esos momentos de bajón siempre le he dicho a la mamá que nos ha salvado lo fácil que nos has puesto tú las cosas. Y sobre todo tu sonrisa. En ella nos hemos refugiado todos para respirar y para recuperar la paz perdida, para volver a encontrar el camino. Creo que en casa te estaremos todos eternamente agradecidos por estos cuatro meses de sonrisas.
Te queremos. Te quiero.
Papá
El Papá Cavernícola
Muy bonita la carta y preciosa la foto <3
Paula (SIn Chupete)
Precioso. Felicidades niño bonito.
Paty
Oooohhhh qué ternura … Me encanta esa foto robada!
Rosa
Que casualidad que mi niño sea tan simpático como dices ser el tuyo y que se llame Leo y que también acabe de cumplir de 4 meses jejeje y para seguir también tiene una hermana mayor en este caso Sherezade. La verdad que a nosotros este Leo también nos esta poniendo las cosas muy fáciles, en estos cuatro meses no hace nada mas que regalarnos sonrisas.
Mi papá es...
Que bonito escribes siempre. Que gran foto. Apuesto a que será una de tus favoritas… Y seguro que tienes miles… 😉
Neda
Me ha encantado! Estaba siendo reflejada nuestra historia, nuestra familia, que nuestro Leo se llama Akram, va a cumplir 4 meses el 11 de marzo y nos tiene enamorados con su bonita sonrisa a todas horas y k tambien tiene a su hermanita , k estan loquitos el uno por el otro, se les nota en la mirada. La foto es preciosa!
Nazareth
¡Qué bonitas reflexiones para el peueño! La foto es simplemente mágica, uno de esos instantes que hacen que nos sintamos orgullosísimos como padres.
Un saludo
https://nadiemelodijoblog.wordpress.com/
Madre Agua
Me recuerda tanto a la relación de mis hijos, el mayor con su carácter indomable y el pequeño con su sonrisa infinita…
La de veces que hemos dicho nosotros que menos mal que nació primero Álvaro, si no hubiera sido imposible atenderlos a los dos.
Un abrazo
Ana Belen
Uff…No sabes la envidia que me das con este post.
Supongo que ahora estoy escribiendo desde el cansancio y el agobio extremo…Mi hija tiene 5 meses, y de verdad que ALTA DEMANDA se queda corto…Desde el minuto cero de vida vino con los ojos abiertos como platos y con un dominio de su cabeza que hasta los médicos se quedaron sorprendidos…Los primeros meses han sido de aúpa, pero me consolaba pensando que cambiaría a los 3 meses, y luego a los 4…Y ya estamos en los 5 meses y es horrible…Odia el carrito, odia el coche, odia la mochila ergonómica…Sólo quiere brazos, con paseitos incluidos e ir mientras intentando cogerlo todo. por lo tanto me la paso haciendo malabares para que la niña no se me caiga de los brazos…Luego aunque la tengas en brazos, ni se te ocurra sentarte, porque son quejidos asegurados, jugando en su mantita esta un rato, pero pronto se cansa y me pide brazos, porque sabe pedirlos desde los 4 meses…De verdad que a veces siento que no puedo más, que incluso le pasa algo y pudiera tener alguna afección…Siento la retaila que te he soltado, pero he visto que tu mayor era/es de alta demanda y sólo quería ver que mi hija es normal y que esto le pasa a muchos bebés, porque me estoy empezando a obsesionar con que le pase algo…