Hoy traigo bajo el brazo un libro de una editorial pequeñita, guiada con mucha ilusión por dos mujeres que querían contribuir, desde sus posibilidades, a la educación emocional de los niños de hoy, que salvo cataclismo serán los adultos del mañana. Os hablo de Emonautas. Y para empezar hay una cosa que me gusta especialmente de esta editorial que ya tiene cinco libros a la venta: su compromiso social. Imprimen en papel FSC, realizan la impresión de sus libros en Madrid (cuando lo habitual es hacerlo en China) y trabajan con Triodos Bank. Y para servidor esto ya es una buena carta de presentación. 

Como os comentaba tienen cinco libros ya a la venta (de los cuales espero iros hablando en futuras entregas de ‘Pequeños Lectores’). Hoy acapara mi atención ‘Burbujas’, el último en llegar, disponible para su adquisición desde hace poco más de una semana. Se trata de un libro, escrito por Teresa Arias e ilustrado por Vero Tapia, para que las madres compartan con sus bebés durante el embarazo, pero es también un libro que no entiende de edades y que, personalmente, nos ha venido de maravilla con Maramoto, para a través de las burbujas transmitirle un concepto que nos estaba resultando bastante difícil hacerle llegar: la necesidad de Leo de tener su propio espacio, de no sentirse agobiado o invadido.

Mara está enamorada de su hermano. Todo el tiempo quiere jugar con él, cogerle en brazos, tumbarse a su lado. En su encandilamiento, sin embargo, no controla los impulsos y no es difícil verla con su cara a un centímetro de la de Leo, chillándole cariñosamente al oído, dándole meneos ante la cara de incredulidad de su hermano, que aún así, entre cara de agobio y expresión facial de “esta niña me mata”, aún tiene tiempo para sonreirle. Porque Leo es así, él siempre regala sonrisas. Hemos intentado explicarle a la pequeña saltamontes mil y una veces que no hace falta que se acerque tanto a su hermano para decirle cosas, pero no ha habido manera. Hasta que llegó a nuestras vidas el libro de Emonautas, que con su sencillez, recurriendo a las burbujas, nos ha proporcionado un ejemplo maravilloso para explicar a Mara de forma gráfica aquello que llevamos cinco meses intentando que comprenda.

Porque en este libro ameno y escrito en rima, acompañado por una guía pedagógica para sacarle el máximo partido, las burbujas son precisamente eso, nuestro espacio personal, ese lugar que no queremos que nos invadan, en el que nos sentimos a gusto y seguros. Unas burbujas que se pueden romper si nos acercamos demasiado, provocándonos malestar y haciéndonos sentir a disgusto, algo que en los bebés se suele traducir en llanto. ¿No os ha pasado alguna vez acercaros muy deprisa a un bebé y que éste se asuste? Pues este es el mensaje que le estamos intentando trasladar a Mara. Que tiene que cuidar la burbuja de su hermano, compartirla cuando él quiera, pero respetarla cuando no sea así para que no se rompa. Y que ella también tiene que hacer valer su burbuja, decidir con quién y cuándo quiere compartirla, porque como explican en el libro, solo de esa forma, respetando nuestras burbujas, nuestros espacios personales, conseguiremos que nuestras relaciones sean verdaderamente agradables para todos.