El pasado viernes Mara cumplió su primer mes de vida y para celebrarlo quiso tener un detalle con sus papás. Imagino que intuye que estamos en un sinvivir (¿Estará comiendo bien? ¿Estará cogiendo peso como toca? Y otras paranoias de padres primerizos…), así que después de ir a la primera clase del curso de cuidados del bebé con su mamá, me uní a ellas para recibir buenas noticias de la pediatra. Según la doctora, la peque tiene un color de cara estupendo (es lo único que teníamos claro) y desde que salió del hospital ha crecido 5 centímetros y ha engordado un kilito. Sobre todo en estos últimos quince días su evolución ha ido por encima de la media, cosa que a Diana y a mí nos dejó bastante tranquilos. Especialmente a la mamá, que suspiró al ver que las noches en vela estaban siendo productivas.
Pero como no todo podía ser de color rosa, la pediatra también tuvo que hablarnos de las vacunas. Dentro de un mes Mara tendrá que ponerse las primeras. Y sus padres empezarán entonces a ver ampliada sobremanera su derrama farmacéutica. Una noticia que no por esperada resulta menos sorprendente. En los próximos 15 meses nuestra economía doméstica se verá menguada en aproximadamente 500€ en concepto de vacunas. Y éstos cálculos sólo hacen referencia a dos vacunas específicas. Desconozco cuántas más tendremos que asumir.
Pensé entonces en esos políticos que cierran televisiones autonómicas porque dicen que prefieren construir colegios y hospitales. Me parecería muy bien si ese argumento fuese cierto y los construyesen. Cosa que doy por sentado que no va a pasar. Pero quizás deberían pensar en empezar por cubrir vacunas tan poco importantes como la del neumococo, una bacteria inofensiva que sólo provoca neumonías, meningitis o otitis en los más pequeños. Menudeces sin importancia. Pensé entonces también en esos padres que a duras penas llegan a fin de mes y que difícilmente podrán sacar 70€ para pagar cada una de las vacunas. Pensé en la rabia (compartida) que deben sentir. Y en la impotencia que puede provocar que tu hijo pequeño coja una neumonía porque el Estado no costea una vacuna que tú no te puedes permitir.
Decía Zygmunt Bauman en ‘Comunidad’ que “confiar en que el Estado haga algo tangible para mitigar la inseguridad de la existencia no es mucho más realista que la esperanza de acabar con la sequía mediante la danza de la lluvia”. Así que como soy realista y ya no confío en el Estado, he pensado que cuando tenga otro bebé (si salimos vivos de ésta primera experiencia), en la lista de regalos (que por cierto, ahora que lo pienso, no hemos hecho para Mara), añadiré la posibilidad de apadrinar vacunas. Y como en una campaña de crowfounding, prometeré a los que nos financien alguna de las vacunas que sus nombres aparecerán en el expediente sanitario del bebé. Algo así como “el tío xxxx te pago esta primera dosis del neumococo”. Así que ya lo sabéis. Si tenéis que hacer un regalo por el nacimiento de un bebé, olvidaros de los detalles típicos. Únete al movimiento y apadrina una vacuna.
¡Mama qué sabe!
De vergüenza! Hay cosas que me producen una tremenda sensación de injusticia… o son necesarias o no lo son, y si lo son, acceso para todos… pero bueno, es el comienzo de una desigualdad de oportunidades. Lastimica de mundo… Y te falta de sumar la de la varicela más tarde. Si no son necesarias para qué ofertarlas? Y si son necesarias por qué ofertarlas? Y luego cada comunidad a un ritmo propio? Aquí no llega la de varicela… y los que tenían que ser administrados de la segunda dosis como si no lo hubieran hecho de la primera… De pena. Y de vergüenza!
Un Papá en Prácticas
A mi me parece sorprendente que una vacuna que previene de enfermedades como la meningitis o la neumonía no la cubra la seguridad social. Y como bien dices, si no es necesaria no la ofertes, pero no dejes a los padres con el ‘ay’ en el cuerpo. Pena de país…
Gracias por el comentario,compañera!
Pediatra primerizo (@mibebesano)
Lastima lo que viene sucediendo con el Sistema de Salud español, anteriormente referente mundial.
Fuerte abrazo desde el otro lado del charco
Yhuri
Un Papá en Prácticas
El referente mundial lo están tirando por el retrete nuestros políticos. Profesionales hay. Y muy buenos. Lo que faltan son gestores a la altura. ¡Un abrazo y gracias por el comentario!
minamenen
Uno de los regalos que tuvo mi nena fueron las vacunas, no se me habia ocurrido lo de ponerle ek nombre del benefactor en la cartilla de vacunacion jeje
Un abrazo
Un Papá en Prácticas
Eres toda una afortunada! Te regalan tantas cosas que no sirven para nada, que ese es un regalo perfecto 🙂 ¡Un abrazo!